Cuando se constituyó la Asociación Neozelandesa de Psicoterapeutas, sus fundadores tuvieron que informarse sobre la traducción al maorí del nombre de dicha organización, dado que el maorí y el inglés son lenguas co-oficiales en Nueva Zelanda. Reunidos con las autoridades lingüísticas aborígenes, quedó claro que no sería tarea fácil, ya que “psicoterapia” no tenía una traducción literal al maorí. La propuesta aborigen fue que los angloparlantes les explicasen qué hacía exactamente un psicoterapeuta, para así poder buscar un término equivalente en su idioma. Tras las explicaciones pertinentes, los maoríes se reunieron y tras consultar con los ancianos de la tribu, consideraron que se habían formado una imagen clara y diáfana del rol de psicoterapeuta: concluyeron que la traducción más adecuada era “tejedor de historias”. Desde entonces, el nombre en maorí de la asociación es, literalmente, Asociación Neozelandesa de Tejedores de Historias.